Sobre mí

El Chikung y el Tai-chi llegaron a mi vida en el año 2003. Fue un gran descubrimiento, me ayudó a bajar el ritmo y a estar más consciente y más tranquila

Como me cambió

Me presento, mi nombre es Nuria. Desde que el Tai-chi y el Chikung aparecieron en mi vida supe que estas maravillosas disciplinas habían venido para quedarse conmigo y sin dudar comencé la formación para poder dar clase y así trasmitir todos los beneficios que me aportaba.

Imparto clases desde el año 2007 y durante este periodo de tiempo he podido observar como los alumnos iban cambiando, mejorando a todos los niveles, creciendo gracias a esta practica.

En la vida nunca dejamos de aprender, por eso continúo formándome en estas disciplinas, tanto de forma teórica como práctica. El conocimiento es inabarcable, hay gran cantidad de textos muy interesantes  que nos pueden ayudar a nivel teorico, aunque la práctica es lo que aporta beneficios tangibles.

Formación

Estudié Trabajo Social en la Universidad de Comillas pero la vida me fue llevando hacia diferentes sabidurías ancestrales con las que seguir aprendiendo. El objetivo principal, ayudarme a mi misma, estar bien para poder ayudar a los demás. Por ello comencé a practicar Tai-chi con la Maestra Shao Hui Fang en la Asociación Española de Tai-chi Xin Yi.

Después hice dos años de Chikung en la Escuela Neijing (Tian, Pozoamargo) donde también estudié Masaje Energético, Danza energética durante tres años y por ultimo, para poder dar base teórica a las clases de Chikung, estudié Acupuntura y Moxibustión durante 4 años.

El conocimiento es inmenso e inabarcable por lo que la formación es continua. Si hay algo que tengo claro es que en la vida nunca se deja de aprender…

Actualmente continúo la formación de Chikung en la Escuela Tian Xian Gong, en Cartagena con el Maestro Pedro G. Murcia.

Objetivos de las clases

Incrementar la tranquilidad en todos los ámbitos de nuestra vida.

Adquirir con la práctica del movimiento, equilibrio, armonía y vitalidad.

Aprender movimientos sencillos que podamos practicar en cualquier momento del día.

Utilizar la respiración abdominal y comenzar a incorporarla en nuestra vida cotidiana.

Aceptar que vivimos en constante cambio y movimiento, lo que nos da la oportunidad de mejorar y crecer.

Potenciar actitudes y pensamientos positivos.