Las enfermedades crónicas suelen ser de progresión lenta y larga duración. La diabetes, los infartos, las enfermedades cardíacas, el cáncer y las enfermedades respiratorias son las principales causas de mortalidad en el mundo. Para poder prevenirlas hemos de buscar que nuestra alimentación se base en tres pilares fundamentales:

Natural Es decir, huir de los productos procesados y los aditivos. 

Nutritiva: La comida se consume para aportar energía y nutrientes. Como nuestra vida es mas sedentaria hemos de buscar las opciones más nutritivas pero menos calóricas.

Antiinflamatoria: Las grasas cárnicas y lácteas favorecen la inflamación y para evitarlo se recomienda consumir carnes magras con moderación. Sin embargo, los pescados de pequeño tamaño y el aceite de oliva virgen extra son fuentes de grasa adecuadas que contienen ácidos grasos poliinsaturados que el organismo necesita. La dieta ha de estar exenta de azúcares rápidos como la sacarosa y las harinas refinadas. El consumo de hidratos de carbono debe proceder de cereales integrales, verduras y frutas. También es importante consumir una gran cantidad de antioxidantes que podemos encontrar en los vegetales.

Cada vez que llevamos algo a nuestra boca, el objetivo fundamental es que nuestra células tengan materia prima para alimentarse y reconstituir sus partes dañadas. Si no nos alimentamos correctamente privaremos a nuestras células de la energía y los materiales básicos que necesitan, provocando que éstas mueran o no se reproduzcan adecuadamente, deteriorando los tejidos y generando o cronificando la enfermedad. 

Los reflejos del hambre y la saciedad están provocados por nuestro sistema nervioso central, en base a las necesidades del conjunto de nuestras células. No solemos hacer caso a estos estímulos, a veces porque anteponemos nuestras necesidades psíquicas o simplemente porque hemos perdido la facultad innata de captarlos. Por ello, abrir nuestra consciencia para poder percibir estos estímulos de forma adecuada y hacer caso a nuestro cuerpo cuando nos habla, diciéndonos que es lo que nos aporta energía o nos la quita, es un buen comienzo para alcanzar nuestro objetivo de atajar la enfermedad crónica.