El 8 de Marzo, día de la Mujer, me paro a pensar lo que siento…

Soy mujer, pero antes que nada me considero Ser Humano. Soy un Ser que habita este planeta y esa razón ya me hace sentir privilegiada. Aunque soy mujer, no siento que sea mejor ni peor. He de reconocer que en otra época de mi vida pensé que el genero femenino tenía mayores capacidades. Con los años he llegado a la conclusión de que hombres y mujeres son energías diferentes y complementarias que navegan en un mismo barco, sin saberse necesarios el uno del otro, sin sentir que sin ambos, la humanidad se extinguiría. Pero estamos batallando desde los inicios, intentando demostrar quien es mejor, una lucha de poder que desgasta y no nos deja comprender que ambos sexos son imprescindibles para su evolución como especie.

Hemos desarrollado una guerra sin cuartel, permanente, con nosotros mismos, con el otro sexo, con todo lo que nos rodea. Vivimos inconscientes, inmersos en un gran combate. Luchamos contra el cáncer, contra las drogas, contra la violencia de género, contra el maltrato infantil, contra la desertización… Atacamos a nuestro planeta azul y cada día más de 100 especies en el mundo vegetal y animal se extinguen; nuestro cuerpo se ataca a sí mismo generando enfermedad auto inmune. La Humanidad está en guerra y en las guerras siempre hay muertos, heridos y vencidos.

No podemos dejar de considerar que la mujer ha sido durante toda la historia la que ha jugado el papel más desfavorable. Con la revolución industrial y las guerras tuvo que salir del hogar para trabajar también fuera y poder ganar así el sustento. Pero nunca se ha reconocido que la mujer tenía que desempeñar un doble papel, como ama de casa cuidadora de la familia y como trabajadora, en un mundo laboral formado fundamentalmente por hombres. Siempre ha tenido que luchar contra ella misma para poder decidir entre su carrera profesional y la crianza de sus hijos. Nunca lo ha tenido fácil. Mujeres y hombres somos diferentes y nos ha tocado vivir diferentes roles. Quizá por eso muchas personas no son capaces de ver el esfuerzo que ha tenido que hacer la mujer para no romperse, física y psicológicamente, teniendo que desdoblarse en muchos sentidos para poder estar a la altura en todos los ámbitos de su vida… eso genera un desgaste tremendo. Aún hoy en día tenemos que seguir demostrando que podemos desarrollar las mismas tareas que el hombre, aunque ese esfuerzo no suele verse recompensado, ya que realizando un mismo trabajo, los salarios son inferiores. Todavía tenemos que demostrar que somos igual de inteligentes o de capaces para poder desempeñar puestos que han sido siempre patrimonio de los hombres. ¿Cuanto tiempo tendremos que seguir así? Creo firmemente que no hacen falta mas demostraciones, podemos empezar a abrir la mente, llegar a un entendimiento, a una comprensión, dejar las armas y sentarnos a escucharnos, a empatizar para ser capaces de ponernos en la piel del otro, aunque sea por un instante y comprender lo absurdo que es que continúe habiendo desigualdad social, laboral, económica, en las tareas del hogar. Y para entenderlo no hace falta que os acordéis de vuestras madres, hermanas o hijas, solo tenéis que daros cuenta que cualquier mujer es un ser humano, como vosotros. Dejar de luchar para empezar a cooperar, para hacer que el otro, sea del sexo que sea, tenga las mismas oportunidades, desde el mismo día en el que nace.

Queda un gran camino por recorrer, pero es responsabilidad de todos propiciar esa apertura mental, para poder seguir creando juntos este mundo nuevo y mas justo. Si ya nos hemos dado cuenta que no vamos por el camino adecuado, podemos parar y hacernos conscientes de lo que falla, reflexionar y tomar nuevas iniciativas que nos ayuden a iniciar el recorrido de ese nuevo camino con mas sabiduría, paciencia y comprensión. Construir el mundo en el que nos gustaría que vivan nuestras mujeres y hombres del futuro, un mundo en el que las relaciones, en todos los ámbitos, sean mejores, haciendo un esfuerzo para que lxs que están a nuestro lado estén lo mejor posible, un mundo en el que la comunicación y la aceptación del otrx, tal cual es, proporcione más alegría, más satisfacción, más Amor. Y todo, como siempre, empieza por uno mismo, por el trabajo personal de intentar ser mejor persona. Si me valoro, si aprecio lo que soy y lo que hago y no me comparo con nadie, podré valorar a los demás y apreciarlos por lo que son y lo que hacen, en lugar de competir y luchar por el poder.

Va llegando el momento de iniciar la construcción de ese nuevo mundo. La mejor noticia es que todos podemos aportar nuestro grano de arena para que así sea, haciendo que algún día podamos celebrar el 8 de Marzo juntos, conmemorando el Día de los Seres Humanos.